Realidades.- Acuerdos finales en Palenque. Operación en Tabasco. Tensiones con Romero y guiños con Audomaro.
Hace diez meses, el entonces gobernador de Tabasco Adán Augusto López Hernández cenaba con un empresario petrolero de Sudamérica. En esa conversación le dijo que apuntaba a la sucesión presidencial en 2024 y que sus chances subirían si se profundizaba la erosión de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Su llegada a la Secretaría de Gobernación dada a conocer hoy jueves es un envión de peso para esa ambición.
Se cumple así lo anticipado en la última gira presidencial por Tabasco a mediados de julio. Allí Andrés Manuel López Obrador deslizó que el gobernador podría ingresar a su gabinete. El acuerdo se cerró el pasado fin de semana en Chiapas, en el rancho presidencial.

Entre el lunes y martes, el gobernador ajustó su sucesión estatal en largos conciliábulos con sus hombres de confianza, Carlos Merino, su alfil para los programas sociales a nivel estatal y Enrique Priego, mandamás del Poder Judicial estatal. Luego operó la conducción de la bancada de Morena en el Congreso local.
Desde mediados de julio que Adán Augusto observa y analiza cuestiones que exceden a Tabasco. por ejemplo, que tiene objeciones al funcionamiento de la entrega de los programas sociales y que eso impactó en el fracaso de la consulta popular sobre ex presidentes.
El nuevo jefe del Palacio de Covián tiene entre sus principales rivales al interior de la 4T al director de Pemex, Octavio Romero. Adán Augusto cree que el también tabasqueño le quiere alterar sus planes sucesorios a nivel estatal.
En paralelo, tiene una extraordinaria sintonía con la cúpula militar y con el jefe de la inteligencia estatal, el general Audomaro Zapara.
Fuente: lapoliticaonline.com.mx
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